Estoy cansada de las superficialidades. Harta de Sobe, sus amigas del presidio y las de la libertad. Ya ni me enternezco con las "obras de buena voluntad" de la Primera Dama que entró con mal pie al twitter, porque las redes sociales no son para las figuras públicas, porque es caer en la redundancia. A ver qué cosa nueva me llama la atención. Estoy asustada, no me gustan las canciones que antes me gustaban, me aburre Sabina, me deprime Silvio y no le creo a Serrat. Suerte que aún me gusta leer, porque si no me aburro y que me gusta escribir porque sino me muero de hambre. Espero que sea el síndrome del arranque del siglo para soñar con que se quita y que renuevo mi fe en este mundo, porque en el país sé que nunca más creeré. No soporto verle la cara a ningún funcionario, y menos mientras más alta es su investidura. suerte que tengo tan pocos amigos en tanto qué muy buenos amigos, porque no es cuestión de esconderse por ahí hasta que la cosa mejore y menos ahora que según Míster Franklyn Almeyda no estamos viviendo un gobierno corrupto, lo que quiere decir que esto es un sueño del que despertaremos...dentro de seis años para entonces comenzar otro que aunque no nos quepa en la cabeza ahora, puede que resulte peor. Con esta perspectiva es mejor estar harta desde ahora... por si acaso.