Ay señor, qué bueno que estamos en navidad. Qué bueno que existe. Si no existiese la navidad habría que inventarla y ese no iba a ser un trabajo chiquito, poque habría que empezar por un motivo lo suficientemente fuerte como para que perdurase por más de dos mil años mal contados, sin que corra el riesgo de caer en desuso o pasase de moda. Confieso que he barajado muchos motivos y de hecho, tengo varios, desde que POR FINNNNNNN se le tiró su par de zapatos a BUUUUUUUUSH, o que ganó Obama, o que doña Violeta se fue a descansar tranquila y en paz con su inmenso hijo sabiendo que lo de Chinino no se quedó así, que los de BANCREDITO, BANINTER, BANCO UNIVERSAL y demás malas hierbas pasaron aunque sea una mala noche en alguna cárcel, que la muerte todavía no distingue a la gente por clase o cuenta bancaria, pero esas cosas, aun cuando te dan una honda satisfacción son o muy personales o muy localistas, claro, aparte del par de zapatos mejor utilizados de la historia. Pero aunque haya un buen motivo, ahí viene el liazo para hallar un personaje con ese peso. No todos somos como la madre de Orlando que no se mueren hasta que no saben que lo de su hijo no se quedó así, no todos somos como ese periodista irakí que sabe cómo interpretar correctamente su cultura, sino a BUUUUUUSH que averigue lo que significa que un señor de esa tierra te mande atrás su calzado y te vocee alante e la gente PERRO aunque tú ofendas a esos animalitos si te designan com tal. El motivo y la gente sigue faltando para crear una navidad, así que qué bueno que existe porque sino, nos daría mucha brega inventarla y en este tiempo tenemos demasiados problemas con los qué lidiar para encima echarnos esa responsabilidad. Todavía no sabemos dónde vamos a meter toda el agua de los glaciares cuando digan para abajo o qué abogado der diablo va a querer defender a BUUUUUUSH cuando lo sienten en el banquillo que le corresponde que es el de los acusados, todavía ni sabemos qué vamos a hacer con el petróleo cuando deje de ser "necesario" para quien lo es. ay, son muchas cosas y estamos en navidad. Mejor vamos a alegrarnos que existió un hombre del temple y el arrojo de Jesús que se atrevió en su tiempo a lanzarle sus sandalias al BUUUUUSH de su época y sacó a todos los "petroleros" de su tiempo de la iglesia. Vamos a reflexionar entre mail y mail, que el siglo 21 es 21 porque suman los dos mil y picos de años que hace que ese hombre nos salvó de morirnos como casi casi se queda Orlando, sin nadie que nos defendiese hasta la muerte, pero él tenía a su madre y nosotros a Jesús. Amén. Feliz navidad.