Por qué siempre que se piensa en mejorar la situación personal pensamos en abandonar el país? Es que se vive mejor fuera de aquí? Sí. Hay luz... como debe ser; hay agua corriente y potable... como debe ser. Los políticos son más sutiles en su malhacer... como debe ser; el pueblo sabe lo que le corresponde en derechos pero también en deberes. Sí, si nos ponemos en esas, segurito que sacamos no estas que he mencionado, sino un montón de razones para huir en desbandada e irnos para casa de la porra sin saber también que allí siempre serás extranjero, aunque te nacionalices y jures en su idioma por su bandera (suya de ellos)... como no debería ser; siempre serás negro de mierda, aunque seas rubio ojos azules y de Constanza; siempre serás el primer sospechoso cuando se cometa un crimen cerca de tí; siempre serás el culpable del aumento de la delincuencia, la criminalidad, el hedor, la prostitución y el resquebrajamiento de las virtudes teologales o no. Sí, las cosas aquí pueden mejorar, pero lo han dicho tanto y tan falsamente que sabe a cuento chino y a quimera. Si los empresarios quieren los artículos de primera necesidad pueden dejar de ser considerados artículos de lujo; si nosotros queremos podemos empezar a pagar la luz y el agua y si el Estado quiere puede hacer un esfuerzo para hacernos de nuestra propia generadora de electricidad donde, al menos, los ladrones sean nuestros. Podemos hacer un esfuercito y contribuir al avance de nuestra sociedad, pero eso se oye tan abstracto que es mejor ni decir que se puede hacer. Podemos enseñarles mejores cosas a nuestros hijos e hijas, aunque creamos que esas mejores cosas son pendejadas, ellos, que no saben que son pendejadas, se las pasarán de forma genuina a sus hijos y así podemos romper la cadena que crearon la Cruzada de Amor, las funditas, las muñecas y las bicicletas y los miles de ahijados del Presidente que para no seguirnos viendo sin dejar de mangonearnos, prefirió convertirse en un mandatario ciego de los ojos cuando lo fue siempre del alma. Vamos a deshacernos de la herencia que nos dejó Joaquín Balaguer de una vez y por todas y volvamos a ser dominicanos.